En nuestro trabajo de asesoramiento a clientes en la adaptación al RGPD (protección de datos), solemos encontrarnos 4 errores frecuentes de las empresas:
1. Creencia de que la protección de datos es una normativa ajena a su realidad.
Mas allá de los casos en los que es evidente la necesidad de adaptación por la actividad empresarial, existen muchos otros, en los que la normativa se ve como algo lejano al quehacer diario de la empresa. No son pocas las ocasiones que, dentro del proceso de implementación del RGPD, las empresas toman conciencia de la cantidad y tipos de datos personales que tratan. Reconocen así que no existe prácticamente nadie que no se vea afectado por el RGPD.
2. Utilización de documentación inadecuada.
Es muy frecuente constatar que se continúa utilizando documentos referidos a la anterior legislación ignorando e, inclusive, contradiciendo el RGPD. Sin olvidar que ya no valen formularios, textos legales o documentos genéricos. Todos se deben redactar y utilizar conforme el tratamiento de datos personales al que se refieren.
3. Ausencia de un responsable interno en la materia.
Suele ser habitual que nadie identifique a una persona, departamento o inclusive un directivo que gestione todo lo concerniente al RGPD dentro de la empresa. Tener un referente dentro de las organización que coadyude al cumplimiento de la normativa de protección de datos, cumpliendo el RGPD, insistiendo en la puesta en práctica o actualizando los protocolos establecidos, es esencial.
4. Falta de formación específica y continua.
De nada sirve “bombardear” a trabajadores y colaboradores con instrucciones, formularios y contratos a firmar sino no conocen pormenorizadamente el porqué de ello. Estos documentos representan sólo una parte de lo que se debe hacer en protección de datos.
De hecho, la normativa actual incentiva y valora muy positivamente la formación de quienes tratan datos personales.
La adaptación supone un cambio importante en la forma de hacer las cosas. La prioridad es la protección de los derechos y libertades de las personas cuyos datos son tratados (utilizados) por las empresas. La buena noticia es que es cumplir la ley ayuda muchas veces a detectar y resolver problemas organizativos y a alcanzar una gestión más eficiente de la empresa.
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